Pintor y escultor
Nació en Mendoza el 26 de septiembre de 1942.
Su participación en muestras colectivas supera las sesenta y por su labor ha sido premiado en quince oportunidades.
Sus obras integran colecciones privadas en Argentina, Chile, Brasil, Venezuela, Estados Unidos, España, Francia, Suiza, Italia, Israel y Grecia.
Estudios
Realizo sus estudios en la Escuela Superior de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Cuyo y en la Academia Provincial de Artes de Mendoza.
Sus Maestros
Los prosiguió en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova” de Buenos Aires. Fueron sus maestros entre otros: Lorenzo Domínguez, Santiago Cogorno y Leopoldo Presas.
Estancia en Paris
Entre 1979 y 1982 se radicó en Paris. Desde 1965 a la fecha realizo más de treinta exposiciones individuales.
“Me entusiasma transitar el limite porque allí uno realmente se descubre como artista y aparecen propuestas originales”. Y es así como surgieron sus “Contraconceptos”, un camino nuevo en su proyección como artista. Esta búsqueda no significa para Galdamez romper con lo académico sino con sus estructuras. Implica una postura diferente en la puesta del color y el dibujo, que todo funcione al límite sin convertirse en algo decorativo. Y que, en ese límite, se mantenga toda la armonía, todo el silencio y la sensibilidad que le hace falta a una pintura. Fabián trabaja con colores crudos, capa sobre capa y, en la sucesión de ésta, incluso los colores mas fríos van tomando temperatura y se movilizan. Algo similar sucede con las formas: el rompimiento del plano, segundo factor clave en sus “contraconceptos”, produce un movimiento que las moviliza.
Discípulo de grandes maestros como Lorenzo Domínguez, Santiago Cogorno y Leopoldo Presas, este escultor y pintor mendocino, comenzó su carrera formal de artista cuando el 26 de Setiembre de 1965, en el día de su cumpleaños veintitrés, obtuvo un primer premio en la Escuela Superior de Artes Plásticas de la Universidad de Cuyo. Paso por Buenos Aires y llego a Paris, ciudad en la que trabajo y aprendió durante cuatro años, impulsado por una fantasía e incentivado por otro mendocino: Julio Le Parc.
Con más de treinta exposiciones individuales y numerosos premios se destaca por la impresionante ductilidad con la que maneja los más diversos materiales y por una inagotable producción. La madera, el basalto, el bronce y el hierro batido conocen su impulso creador y se transforman, en sus manos, en sensuales formas que generalmente remiten a la figura femenina. Sus obras trasmiten la vitalidad y la energía de este artista que experimento las distintas disciplinas.